lunes, 20 de septiembre de 2010
Me llamo Heisenberg
Echaba de menos quedarme hasta las tres de la mañana cuando tengo que levantarme a las ocho por culpa de una serie. Prison Break (le sobran dos temporadas), Heroes (el quinto volúmen lo ví porque pensaba que era el último) y Lost (me quedé en la cuarta temporada, lo líaban demasiado y yo no retengo demasiada informacion) han sido las que más horas me han quitado, y desde entonces no había encontrado otra. Pero hace unos días, gracias a la escasísima información (un calvo con gafas y algo de droga) que recibí, descubrí de cual se trataba. Leí un poco de qué iba, miré cuántas temporadas tenía, y comencé a bajarme Breaking Bad. La recomiendo tanto como el Häagen-Dazs cookies & cream con un chorrazo de Tia Maria.
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