RIP. Puede que sí, puede que mis oídos hayan muerto. No mi sentido auditivo, que no me quedé sorda en el último concierto al que fui (los RIP tremendos, aunque sólo queden 2), pero creo que he perdido el interés. Hubo una época en la que buscaba y buscaba nuevos estilos, nuevos grupos. Desde viejuneces de los años 20 al último grupo que sacaba su primera maqueta (que hiciesen algo decente o diferente, claro). Pero ya no sé si es que no busco, si me he aburrido de escuchar o si es que me he vuelto tan plana que ya me da igual. Creo que ha sido eso. Que me estoy conviertiendo en zombie y mi cerebro se empieza a pudrir. Porque creo que no es sólo la música. Son muchos otros detalles, y creo que me estoy echando a perder, soy un yogur el día de la fecha de su caducidad. Se puede comer durante unos días más tarde, pero siempre será un pelín dudoso.
Desde hace algún tiempo estoy descubriendo
que un tufo a muerto envuelve mi cuerpo
Algo muy mío se me descompone
aunque yo me esfuerce en que no se note
Me huele a podrido debajo del pelo
y no es por la roña ni la caspa que tengo
Me huele a podrido debajo del pelo
será por el tiempo que hace que no pienso
que un tufo a muerto envuelve mi cuerpo
Algo muy mío se me descompone
aunque yo me esfuerce en que no se note
Me huele a podrido debajo del pelo
y no es por la roña ni la caspa que tengo
Me huele a podrido debajo del pelo
será por el tiempo que hace que no pienso
Y a estos señores que dicen palabras tan sabias aquí arriba les veré en la mejor compañía este sábado. Una cochina vez más repitiéndome y repitiéndome en lo mismo. Me apetece, pero me quejo. Con lo que yo he sido. Bueno, ya lo vería venir, si no a santo de qué Malhecha. También habría valido Revenida, así como las galletas, patatas y demás, aunque seguro que hay una palabra que no suene tan mal para referirse a la comida reblandecida. Yo y mi intento del buen hablar.
