Ah, por cierto, estuve en Roma y me encantó. Roma sería precioso si no hubiese romanos bordes y esa marabunta turística que formabamos. Pero está plagada de ambos especímenes. Salí en infinitas fotos de guiris, así como ellos salieron en las nuestras. Fueron 5 días y dieron para mucho.
Hospedados a 10 minutos del Coliseo, nos acercamos a dar una vuelta al poco de llegar. Mi primera impresión fue la de una ciudad sucia, y no lo digo por la de cachos y restos de casa y piedras gordas que no recogen, sino a suciedad de ciudad. Acostumbrada a la pulcritud de Bilbao (stand proud!), aquello me chocó. Luego me acostumbré o dejé de verla.

Paseamos por el ghetto, tranquilo y bonito aún estando a tiro de piedra de la bulliciosa plaza Venecia. Aún conservan casa viejunas de las que mí me gustan, y aún quedan las ruinas del pórtico de Ottavia, utilizado durante siglos como único mercado de pescado de Roma. Vender pescado era uno de los pocos trabajos que a los judíos les dejaban desempeñar.


Cerca de allí, cruzando el Tiber por alguno de los múltiples puentes, se llega al Trastevere. Debe de ser de ambiente nocturno, la parte vieja, donde se conserva más el espíritu italiano. Ya, bueno, pues no lo encontramos por ningún lado. Sería el calor o el día, yo qué sé.


También nos zambullimos por los laberintos de las catacumbas de San Calisto. O se suponía que era laberíntico. Nos pareció más bien un rally patrocinado por Jesucristo. Eso nos pasa por dejarnos guiar por un cura. Y por supuesto nada de fotos, que fuera las venden en la tienda de souvenirs.


Y ya que nos pusimos a ser chicos buenos, nos pasamos por el Vaticano a ver si pillabamos al Papa por ahí, de compras o algo. Pero supongo que eso lo hacen sus esclavos.

Tras la desilusión de las catacumbas (por lo menos estaba en un sitio bonito donde hicimos fotos tontas a porrón) entramos a tientas al Castel Sant Angelo. Ese sí mereció la pena, nos tiramos tanto tiempo que al final nos "echraon" con prisas.



Curiseé las habitaciones de la casa que compartieron Shelley, Severn y Keats (donde este, tuberculoso murió). Había unos cuantos retratos de Byron también (nunca me ha acabado de gustar este señor), ya que pasaba temporadas en casa de sus amigos. Tenía incluso su propia estantería de libros. Libros libros y más libros. Cuántas deseadas primeras ediciones vi! Una pena no poder ojear algunas.

La cripta capuccina, donde tampoco se podían sacar fotos (o luego no comprarás postales! ¬¬) me dejó con la boca abierta. Qué buen saber hacer! Lástima lo incómodo del pasillo con gente yendo y viniendo contínuamente.

La bendita Fonatna di Trevi. Este tipo de sitios me pone enferma. Creo que fue el sitio en el que más apretados estaban los turistas echando monedas y fotografiánose mientras. La verdad es que es muy bonita, pero casi mejor verla en fotos.

Casualmente, en la plaza del Poppolo encontramos una exposición que había llamado mi atención en una de esas revistajas de avión. Una gente se ha dedicado a construir muchos de los inventos del gran Leonardo da Vinci. Algunos no los llegó a hacer nunca pero se han basado en los bocetos de sus cuadrenos para ello.

Después paseamos un poco por Vila Borghese, pero era de noche y empezó a chispear, así que no disfrutamos mucho del sitio, auqnue parecía un lugar muy agradable donde pasar un tranquilo rato por la tarde.

Y para el último día (mi agónica jornada de viaje de vuelta a casa no cuenta como día) dejamos la guinda. Fuimos a Bomarzo, un adorable pueblito en el que se encuentra (además del Piccolo Mondo, con una muy buena señora y una comida deliciosa) el más bonito parque que he pisado. De verdad, de verdad de la buena. El bosque sagrado o Parque de los monstruos creado por el tullido conde Orsini en el s.XVI es simplemente una puta maravilla de sitio. Pero este sitio y su historia merece algo más que una mínima reseña aquí. El día que lea el libro que recoge su significado, me adentaré más en él. Y os contaré la odiseaque fue para nosotros el ir y volver.


Muy buenos recuerdos de sólo 5 días. Magnificos gracias a haber llevado la mejor compañía.