Por fin nos hemos decidido a hacer un maldito viaje las de clase. Cuatro días en Londres, ver una exposición de Hussein Chalayan (un diseñador de esos dedicados a la mamarrachez y un poco a la espantajería, pero en rollo tecnológico. Parece un poco sacado del futuro) ,deambular por esa cochina ciudad otra vez, ver tienduchas y mercadillos (aunque yo igual me dedico a otras chorradas, que sin pasta y ya medio vistos, no me hace demasiada ilusión) y tirar de pintas. Aunque no creo que tanto como la última vez. Creo que el único momento en que no bebíamos era en el desayuno. Después de las tostadas y la comida rancia en el elbergue o los cafés del Starbucks, tocaba turisteo, haciendo paradas en los mejores bares. Eso pasa por tenerme de guía.
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