miércoles, 5 de mayo de 2010

Ano dominad... digoooooo... Anno Domini.

Estaba yo esta mañana haciendo mi combinado de naranja y pastillas cuando no sé por qué, me ha venido a la cabeza el domingo pasado, cuando medio resacosa (sólo fueron unas cervezas, qué me está pasando!) hacía un crucigrama con mi prima. Una de las definiciones era Anno Domini. Ella pregunó qué significaba eso, y le expliqué que era Año del Señor, como decir después de Cristo. Entonces escribí en mayúsculas A-D y seguimos resolviéndolo sin más importancia. Ha sido esta mañana, con la ingesta del sulfato ferroso, del ibuprofeno y de la vitamina C cuando me he puesto a pensar en ello. A ver, a ver, a ver. Tanto descubrimiento y tanta historia y aún estamos midiendo el tiempo basándonos en el día supuesto en el que nació el hijo bastardo de un carpintero. Casi me parece tan absurdo como si dijésemos que estamos en el año 82 d.M.M. Por lo menos ahí la fecha sería más acertada, pues está registrado el año en que Walt Disney creó a su más famoso ratón. No fue más importante y productiva gente como Edison, Da Vinci, Gutenberg, Confucio, Ghandi... o Tarantino? Y aunque algunos en lugar de a.C y d.C se refieran a ellos como antes y después de nuestar era, era común, era vulgar, u otros que no haya encontrado en la wikipedia (no me las voy a dar de lista a estas alturas), no dejan de basarse en el supuesto año de naciemiento del fruto de una señora que le dijo a su marido tras ponerle los cuernos con el pastor que se la había tirado Dios y que un ángel se lo había dicho, así que no le quitan la religiosidad a la expresión, sólo la tapan.

Y esto es lo que pasa cuando me despierto bien descansada.

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