martes, 25 de mayo de 2010

Señores, me quedo calva

En realidad no, o quiero pensar que no. Espero que los láseres, ondas electromagnéticas, vibraciones y pinchazos a los que me someten semanalmente den su fruto y oscuros cabellos vuelvan a brotar.
Hace unos años que digo que no me importa tener un pelo de mierda. Lo trato y maltrato cada mes, lo malrecorto cada dos semanas, lo igualo cada día, lo dejo al sol, al aire y a la lluvia, lo seco y reseco y le echo destrozadores sin protección alguna, total "sólo es pelo y ya crecerá". Pero ha dejado de hacerlo en algunas zonas. Y sí, sigue siendo sólo pelo y lo tengo ahí principalmente por pura estética, pero no puedo evitar preocuparme idiotamente de vez en cuando. En la peluquería, me decían que vaya melena, que qué pelazo. Pero hace unos... 6 años de la última vez que fui a una. Desde entonces, todo en casa y a ojo. Así me va, camino de convertirme en una hooligan rapada que blasfema con una cerveza en la mano mientras con la otra se rasca la entrepierna. No, no tanto, yo soy más fina. Y detesto el fútbol. No quiero tener que seguir los pasos de la princesa del pop. No porque no me quede más remedio.

Debí de haberos advertido (está bien dicho esto?o_O) de la prescindibilidad de esta entrada, pero ya es tarde. Ya habeis caído y habeis perdido un minuto de vuestro valioso tiempo. Tranquilos, os acostumbrareis. Yo ya lo hago a menudo.

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