martes, 8 de septiembre de 2009

Qué mala pata (y qué simple el título ¬¬U)


Puedes llamarme impedida, inválida, tullida, lesionada, coja, renca o torpe de mierda. Iba yo el otro día, de recadista malhumorada, pero tan campante a la vez pensando y eligiendo qué escuchar "los Cramps? no, no muy lento. Voodoo Church? no, hoy no hace frio. Miguel y los blablabla? puede ser, puede ser..." urgando a la vez para que ese aparato del diablo llamado teléfono móvil (más bien reloj despertador en mi caso) no hiciese ruido, si no que vibrase en mi bolsillo, no fijándome en qué bajaba, cuando ...cotocroc! tremendo y aparatoso ostión en las 3 últimas escaleras de uno de los tramos. Me vi tirada, retorciéndome de pupita y a la vez riéndo sin poderme levantar y pensando "que no baje nadie, que no baje nadie". Es lo primero, mirar que no te vea nadie cuando te caigas y luego ya te fijarás en si todos tus miembos siguen en su sitio. Me encontraba yo intentándome recostar y ligereamente mareada cuando ...kchin kchin el ruido de unas llaves en la cerradura del porta. Salvada! mi madre vendrá me dirá "hija! qué te ha pasado!" me dará la manita y me llevará a casa (bueno y si me llevaba primero a hacer el recado en furgo y luego a casa mejor que mejor). Pero no, no era ella. Estaba muy lejos de ser la señora de pelo rojo, gran sonrisa y auxiliadora que yo esperaba. Era un chico mayor que yo, el del segundo, con una escarola negra en la cabeza, vestido de negro, con cara de pocos amigos y que algún día saldrá en Gente sobre el titiular "degolla a su madre con una cuchara tallada por él" (es harto imposible, pero rezo al altísimo para que no lea esto o en el titular cambiaría el "su madre" por "su infinítamente simpática guapa y divina vecina". Joder, podré echarme flores a mí misma, no?) Pasó a mí lado, yo didimulé puse cara de "qué cómoda estoy en el descansillo del primero y qué común es que me siente aquí", le saludé, me saludó, y se metió en su casa mirándome. Pensé en subir a casa, contar al otro señor lo ocurrido y esperar a que se me hinchase el pie. Pero no, anduve la media horilla de ida y vuelta, hice lo que tenía que hacer y me mojé en el camino con la maldita lluvia.
Lo peor? Que me pasó el viernes, así que el sábado me fue imposible (bah, que no me dejaron entre unos y otros) ir a ver a Los Tiki Phantoms. Ay! de mí! para un día que iba a salir de entre juventudes encrestadas o que visten de monte para ir ala calle por si hay que huir un día (no me odieis, yo os queiro) y se me chafa. El resultado hasta ahora: mucho reposo, ver pelis, cocinar, jugar, ver más pelis, ver videoclips viejunos a las mil, jugar más y disfrutar de todo esto en la mejor compañía abusando sólo lo justo. Igual no me ha venido tan mal tullirme mirado así.

Ilustrando la entrada, la bonita y retorcida Apnea (algún día hablaré de ella con fotos y eso) y la pata de una servidora frente al pequeño Beavis. Espero que el mierdabucket no encuentre la primera censurable >=(

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